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El grito silencioso

Caratula de "" () - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +14

Hace unos meses, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos derogó el derecho al aborto por considerarlo inconstitucional, lo que provocó el enfado de asociaciones y grupos de presión contrarios a la vida.

Los cineastas y guionistas, Cathy Allyn y Nick Loeb, estrenan en estos días: El grito silencioso. El caso Roe V. Wade, en el que se explican las irregularidades y manipulaciones que se hicieron para despenalizar el aborto como buscar una situación límite de una mujer embarazada que se sintió engañada, a la que se le puso un pseudónimo para evitar que compareciera en los interrogatorios del Tribunal Supremo. Se puede decir que estamos ante una cinta de cine de denuncia social porque las estrategias que se utilizaron para hacer o para convertir en derecho el aborto se basaban en una serie de mentiras interesadas del médico estrella del aborto Bernard Nathanson, el doctor muerte en la vida real, en Estados Unidos que se inventó literalmente muchas noticias que fueron publicadas en el New York Times. Dicho periódico, las publicaba sin ir a las fuentes como un artículo en el que se afirmaba falsamente que el 87% de los médicos era favorable al aborto en el país o que en Estados Unidos 100.000 mujeres morían todos los años con motivo de un aborto clandestino.

Los periodistas favorables a esta práctica médica contraria al juramento hipocrático utilizaron una coletilla de crítica a los católicos de manera sistemática como estrategia para desacreditar sus opiniones al respecto, considerándolos fanáticos por defender la vida, detalle nada más alejado de la realidad, para lograr su propósito y sin ética. La película ha combinado la labor de actores noveles con algunos de mayor peso como el actor John Voight, padre de Angelina Jolie, un habitual en el cine religioso de los últimos años por su conversión.

La dirección de Cathy Allyn es bastante dinámica, utilizando un formato, que recuerda a las dos últimas películas del cineasta Aaron Sorkin: Molly´s Game y, muy especialmente, por la judicial: El juicio de los siete de Chicago (un guionista recordado por dos exitosas series como El ala oeste de la Casa Blanca o The newsroom) como la técnica de congelar la imagen para comentar algo de algún personaje e introducir comentarios con la voz en off entre cómicos y dramáticos, pues los miembros de las asociaciones críticas con la vida tenían la intención de relajar la tensión y se lo tomaban a broma, cantando canciones que hacían referencia al lucrativo negocio del aborto.

La película no pierde interés en ningún momento. Los realizadores combinan sabiamente las imágenes, donde la profundidad no está reñida con la calidad, un largometraje producido por la sobrina nieta de Luther King, Alveda King, una gran activista provida. Para dar mayor legitimidad moral a la historia se pensó en un tándem femenino y masculino para ofrecer un relato con dos puntos de vista; por esa razón la dirección ha corrido a cargo de dos cineastas: chico y chica. La interpretación de Nick Loeb, que no es solo el guionista y el codirector, está muy lograda, haciendo las veces de Bernard Nathanson, en la que vemos como su frivolidad inicial va evolucionando de la oscuridad a la luz. Esta producción viene avalada por multitud de premios, 17 para ser exactos,  entre los que destaca el premio en Cannes a la mejor película histórica.

Desde la óptica del derecho natural y el sentido común, el razonamiento del abogado defensor de la vida parece razonable. Esta producción refleja la capacidad de esfuerzo y compromiso de un sacerdote y varios seglares entre los que estaba un abogado y la primera mujer afroamericana en graduarse en medicina en la Universidad de Harvard, la doctora Mildred Jefferson, una incansable mujer en su objetivo de defender la vida. En segundo lugar, esta producción sugiere que Dios es el único capaz de cambiar el corazón de las personas a través de la fe, de la razón y desde la voz de la conciencia. En tercer lugar, El grito silencioso es de un indudable valor periodístico, una joya del periodismo de investigación (que no condena a la mujer, sino a su entorno) por su afán de descubrir la verdad con mayúsculas y con minúsculas.

Finalmente, esta historia se sustenta en el pilar que supuso la madre Santa Teresa de Calcuta y en un extracto de la carta que esta mujer escribió al Tribunal Supremo, donde muchos de sus miembros fueron presionados, mientras que otros miembros tenían conflicto de intereses, pues sus familiares trabajaban para las clínicas abortistas de Parenthood. Este fue análisis sincero y auténtico de la madre Teresa de Calcula: “El aborto ha enfrentado a madres e hijos y a mujeres y a hombres. Ha sembrado la violencia y la discordia en el corazón de las relaciones más íntimas.

 

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