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In time

Caratula de "In Time" (2011) - Pantalla 90

Crítica:

Público adecuado: Jóvenes, adultos

Según el dicho popular, no hay que llenar la vida de años, sino los años de vida. Parece que es lo que nos quiere contar en su nueva película Andrew Niccol, que a finales de los años 90 surgió como uno de los nombres más prometedores de Hollywood gracias a su brillante ópera prima, Gattaca, a la que unió el excelente y profético guión de El show de Truman.

In time supone su retorno a la ciencia-ficción, pero el resultado es claramente inferior a ese clásico de culto que ya es Gattaca.

En un futuro no muy lejano, el hombre está concebido para vivir sólo hasta los 25 años. A partir de ahí, no envejece, y puede acumular tiempo hasta hacerse casi inmortal. Así, el tiempo se convierte en la moneda mundial única, y mientras los ricos viven cientos de años, los menos favorecidos deben subsistir por cada día de existencia.

Un joven del guetto se encuentra con una cantidad de tiempo que no le corresponde, y decide emplearlo en intentar acabar con el injusto sistema en que vive.

Lo cierto es que el planteamiento de In time es muy original y atractivo, pero la película no lo termina de desarrollar en toda su dimensión.

La idea más interesante es que los ricos acaban aburridos de tanto vivir, precisamente porque intentan conservar su tiempo tan desesperadamente que acaban cerrándose al mundo. La conclusión es que no importa tanto el tiempo que se vive como el darle una dirección, llenar la vida de sentido. Y para ello nada mejor que dedicarse a los demás.

Pero existen otros temas que asoman en la trama: es inevitable ver la película sin pensar en la situación económica actual, y en cómo la ambición de unos pocos han puesto en serias dificultades a muchos. Dentro de unos años, “In time” se verá como una historia empapada por la crisis económica en medio de la cual fue concebida. El grito por una justicia social recorre el argumento, así como una crítica a la sociedad codiciosa, superficial y obsesionada con la juventud que ha puesto al mundo en una situación límite.

Con todas estas capas de contenido, podría parecer que “In time” es una película con mucho que decir, pero por desgracia todos esos temas quedan apenas esbozados. Niccol opta por no profundizar en las metáforas que propone, y ofrece en cambio un thriller competente que empieza como La fuga de Logan y acaba siendo Bonnie y Clyde. Realmente, con el material que tenía entre manos, podría haber llegado a algo más consistente.

Además, hay que hacer notar que Andrew Niccol es mejor guionista que director, con lo cual hacer hincapié en la acción no parece una buena idea. Niccol sólo recupera de Gattaca las ideas minimalistas de decorados y vestuarios que permiten hacer un futuro creíble sin un gran gasto de presupuesto.

Otro problema que tiene la película es que Justin Timberlake y Amanda Seyfried son unos protagonistas con poco carisma, y unos intérpretes bastante discretos. La película sube muchos enteros cada vez que aparece Cillian Murphy, que interpreta al policía que los persigue.

En definitiva, una película que puede entretener al que vaya al cine sin grandes expectativas, pero que a los seguidores de Andrew Niccol dejará con la miel en los labios por las grandes posibilidades que el director ha malogrado en la realización de este film.

 

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