Crítica

Público recomendado: +13

Película estrenada en plataformas

“Kubrick by Kubrick” (2020) es un documental de 73 minutos cuyo director y guionista es Gregory Monro (París, 1975). Conocemos a Monro por documentales anteriores sobre Louis de Funès, James Stewart y Robert Mitchum así como sobre el cantante y compositor Michel Legrand.

A partir de entrevistas, fragmentos de películas y testimonios, Monro va desplegando ante nosotros la personalidad de uno de los directores más geniales y escurridizos de la historia del séptimo arte. Desde su primera película hasta “Eyes Wide Shut” (1999), Kubrick ha ganado tantos premios que es inútil repetirlos aquí. Baste señalar cultivó desde la ciencia ficción hasta el thriller pasando por el cine histórico y la comedia y en todos ellos brilló con luz propia.

Felizmente, “Kubrick by Kubrick” no incide tanto en señalar lo obvio sino que explora las entrañas del proceso creativo: el guion, el estudio de las épocas, la producción, la postproducción… Es como si Monro nos tomase de la mano para llevarnos al taller de Verrochio en el Renacimiento o al estudio de Picasso en París. Poco a poco van desmontándose algunos de los tópicos construidos en torno a un director que, por su personalidad, nunca fue condescendiente con el público ni la industria.

Por supuesto, se trata de un documental para cinéfilos. Si uno no conoce la filmografía del neoyorquino, corre el riesgo de perderse o, incluso peor, de aburrirse, que es lo único que en el cine es simplemente intolerable. Ahora bien, a poco que uno haya visto “Senderos de gloria” (1957), “Espartaco” (1960) o “2001: una odisea del espacio” (1968) este documental de Monro le abrirá nuevas perspectivas sobre este director que no dejaba nada a la improvisación ni al azar.

A través de la obra, llegamos al hombre alejado de los oropeles de Hollywood, habitante de una mansión en la campiña inglesa donde vive con su familia, productor de sus películas con una independencia admirable, un creador libre. No es un mal referente para un tiempo en que el número de seguidores en las redes sociales parece ser un indicador de calidad y talento.

Tal vez, por criticar algo, se queda un poco corto cuando entra a analizar los distintos largometrajes. A uno le hubiese gustado algo más de análisis de “Barry Lindon” (1975) y de “La chaqueta metálica” (1987), pero así era Kubrick: nunca nos dejaba del todo satisfechos. Tal vez por eso lo necesitamos tanto.

Que lo disfruten.