Crítica
Público recomendado: Todos
Triple producción: Suecia, Noruega y Dinamarca. Prevalece la huella sueca. Su cumbre, de momento, Premios del Cine Europeo. Nominada a mejor película de animación. Y dirigida por la siempre estimable Linda Hambäck (Gordon y Paddy, 2017; Canciones para peques y animalitos, 2014).
Una gorila, cuan Blade Runner, más humano que los humanos. Adopta, ¿inesperadamente? , en un orfanato, a una cría, Jonna. Una nueva vida para esta niña con esta nueva “madre”. Ambas satisfacen sus más íntimos deseos/caprichos: ser madre, tener madre. “Por supuesto, no te voy a dejar sola”. Pero justo cuando se encuentran mejor, aparece Tord, siniestro jefazo del gobierno local, anhelando pelotazo pecuniario con un parque acuático, y amenazándolas explícitamente con devolver a Jonna al orfanato.
Sencilla, sencillísima cinta, virando a flojita, muy flojita. Basada en una novela infantil de la excelente Frida Nilsson. Sencillez en forma y fondo, singularmente pausada y “calmosa”, nos contagia infantil inocencia y amor por la vida. La estrella de los simios nos habla, ante todo, sobre los ¿inducidos? prejuicios, la familia y la sobadísima y manipulada “diversidad”.
Como en todo el cine contemporáneo, la inaguantable y eterna ingeniería social de siempre, existe un deliberado propósito en la cinta por mostrar personajes de diferentes razas y pelajes, “mestizaje” de especies mediante. Dinamitando la dualidad de la metafísica tradicional. En esta ocasión, animalizar a los hombres, humanizar a los animales. Ya saben, tantas veces comentado, la triada maldita: reducción poblacional, sustitución étnica, mutación antropológica, hacia el transhumanismo/posthumanidad, las estrellas y más allá, PLAN-DEMIAS mediante…
…Por lo demás, casi nada, simpática y bienintencionada cinta. El infierno, como (casi) siempre, pavimentado con las mejores intenciones. En fin.