Crítica:
Público recomendado: Todos
Aunque no es la mejor película de Edward Dmytryk no Humphery Bogart realozó con éste uno de sus mejores trabajos, se trata de un interesante fresco sobre las misiones asiáticas durante la Segunda Guerra Mundial. Es, además, un retrato sobre la soledad y los remordimientos profundamente bello. La mentira sobre la que se sustenta la vida del personaje de Bogart es lo que le permite sobrevivir. En su mentira, se enamora de una enfermera que se enamora de él creyendo que es sacerdote. La película es muy elegante, por supuesto, al no mostrar el idilio entre enfermera y falso prelado, y sin embargo, es muy respetuosa con la fe de ambos, que no se tambalea y se mantiene firme pese a la falsa tentación que sólo a mitad de película se descubre que no es tal.