Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

La puerta mágica

Crítica

Público recomendado: +7

El cine australiano llega con cuentagotas a España…unas historias infumables como Las bodas de Muriel de los años 90 que, a pesar de su estela de éxito, era tremendamente aburrida o las más reciente Años de sequía, protagonizada por Eric Bana que para el que escribe esta crítica es uno de los mejores largometrajes de intriga de los últimos años.

El caso es que, desde las antípodas de nuestra nación, se estrena La puerta mágica de la mano del cineasta Jeffrey Walker, recordado por la serie H2O, que nos permite vivir aventuras fantásticas. Esta producción cuenta con el reclamo de uno de los mejores actores del panorama internacional Christoph Waltz,  uno de los actores fetiche de Quentin Tarantino al que acompañan el protagonista de esta historia, Patrick Gibson y otros intérpretes como Sam Neil, Miranda Otto y Sophie Wilde, una actriz que destaca por su belleza y por una potente mirada con lo que atrapa al espectador con su telegenia.

El realizador nos cuenta una historia familiar que tarda en arrancar, intentando mantener la intriga, lo que puede suponer un lastre en una historia más o menos entretenida. Esta producción sería como una versión más infantil de Harry Potter y con menos medios, pero con la suficiente entidad como para que pueda funcionar en forma de saga. De hecho nos ofrece  un extra final que se deduce que tiene esa intención. Los efectos especiales y trabajos de maquillaje (el actor, Sam Neil, se tenía que levantar a las 4 de la mañana para que los maquilaran y le colocaran las prótesis) se deben a la factoría de Jim Henson, creador de los Teleñecos, Barrio Sésamo, Fraggel Rock o las cintas de culto: El cristal oscuro o Dentro del laberinto.

El citado Christoph Waltz hace un doble trabajo de héroe y villano donde vuelve a mostrar su versatilidad y su dominio absoluto de la interpretación en una historia en la que las fuerzas del bien se enfrentan a las fuerzas del mal. Esta producción puede entenderse como una metáfora de cómo los seres humanos están expuestos al consumismo a través de internet y redes sociales, vendiendo su alma y su privacidad a las empresas.

A modo de conclusión podemos decir que es una historia más son menos amena con un guion al que le falta  sustancia,  pero que tiene el encanto de que se puede ver en familia con toda tranquilidad, ya que no es esclava de las ideologías del siglo XXI. Las escenas que tienen que ver con maravillosos paisajes del planeta Tierra, cuando acceden a la puerta mágica a lo Doraemon y al ritmo de una optimista canción, sugieren un acercamiento a la Trascendencia a través de la belleza.

Víctor Alvarado

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad