Crítica

Público recomendado: Mayores de 13 años

Clásico entre los clásicos, perfecto, inclasificable que marcó un antes y un después en la historia del cine y que sigue siendo aún hoy, sujeto a la inflación, la película más taquillera de todos los tiempos y que estuvo en el algunos países más de diez años en cartel. Dirigida inicialmente por George Cukor, que abandonó el rodaje por diferencias irreconciliables con el productor David O. Selznik, y continuada por el grandísimo Víctor Fleming, el paso del tiempo no ha hecho meya en esta magistral película. Vivien Leight realizó el papel más importante y emblemático de toda su carrera (como, seguramente, le ocurrió al resto del reparto) y, seguramente, sigue siendo aún hoy, el personaje femenino más importante de la historia del cine. Esta historia épica, que abarca muchos años y muchos acontecimientos, es la historia de un descubrimiento, que va de gloria en gloria y de caída en desgracia en caída en desgracia de una mujer que, pese a todo, siempre sale victoriosa, siempre resurge de sus cenizas como el Ave Fénix. Es quizá demasiado autosuficiente, pero eso va en total sintonía con su personaje, con un temperamento arrollador que nunca ha necesitado de nada ni de nadie más que de sí misma, que ambiciona el dinero y el poder, y que toda su vida está marcada por la frustración de no tener al único hombre que nunca se ha interesado por ella más allá de una inocente amistad. Es la historia de la lucha de una mujer inquebrantable que sólo lograr tomar las riendas de su vida cuando descubre que en realidad no ama a Ashley y se libera del terrible yugo que era creer amarle y no tenerle. Demás es un duro retrato sobre el matrimonio y la maternidad, dibujados desde la perspectiva de Escarlata, desnaturalizada también del generoso acto de entrega de ambas relaciones y que sólo valorará en lo que valen cuando pierde ambas, una vez más. Como valora su plantación cuando la pierde. Como valora su amistad con Melania cuando ésta muere… Éste es el patrón que se repite una y otra vez en su vida, la pérdida. Pero es una película, en todo su melodrama, optimista, vital… Pues nada consigue derrotar a esta valerosa mujer, cuyos pecados se le perdonan por ser precisamente eso, una mujer que puede con todo.