Crítica
Público recomendado: +16
El título del largometraje tiene un aire a la palabra inventada, “supercalifragilisticoespialidoso”, por su longitud tanto en el título como en la duración del mismo. Esta producción nos invita a hacer un viaje al pasado para conocer el origen de los personajes a través de una precuela de una saga al servicio de la actriz Jennifer Lawrence como Los juegos del hambre que presentaba a un personaje mesiánico como se pudo ver en la primera entrega, donde apuntaba maneras. Estamos ante una de las mejores sagas juveniles de la historia (escrita por Suzanne Collins) o por lo menos eso se intuía en la primera de las entregas de Los juegos del hambre a través de una heroína inesperada para la cual no todo valía, siendo Jennifer Lawrence en el papel de Katnis Everdeen la referencia. Esta chica es una llama de esperanza al estilo de David elegido por el profeta Samuel como se puede leer en la Biblia, que se enfrentaba a todo un Goliat como el presidente totalitario al estilo del nazismo o el comunismo.
La cinta en cuestión es una historia previa a la de la saga anterior compuesta por cuatro entregas (esta sería la quinta) en la que se cuenta el origen de los personajes clave en el desarrollo de esas televisivas batallas a muerte antes del nacimiento de Katnis.
El director Francis Lawrence, recordado por Soy leyenda, saca todo el jugo a las tramas, combinando con acierto escenas de gran peso dramático con las escenas de acción. La película guarda cierta semejanza de algún modo, aunque camuflado, a la segunda trilogía de Star Wars, en la que se conocía el origen de Darth Vader en la que cambiamos al actor Hayden Christensen por el actor Hunter Schafer (que guarda un parecido razonable al actor Peter O,Toole), pero ofreciendo mayor profundidad y jugando con la ambigüedad.
Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes explica tanto cómo se crean los villanos para los que el fin justifica los medios, como se forjan los héroes a través de un personaje encantador, puro y humilde, magníficamente interpretado por la actriz, Rachel Zegler, que demuestra su talento artístico, pues nos ofrece una notable actuación, acompañada de canciones, “creadas” en la cuna de la música estadounidense en torno al río Misisipi o al mundo rural americano, ofreciéndonos un repertorio de música country, soul, e incluso se hace referencia a una serie de canciones conocidas en el país de los sueños como murder ballads, cuya letra guarda relación con crímenes reales o inventados convertidos en leyenda como se puede ver en la película.
En un segundo plano, esta cinta es una crítica a los reality shows, donde cualquier cosa vale con tal de ganar un porcentaje mínimo de audiencia.
Víctor Alvarado