Crítica
Público recomendado: +12
Era cuestión de tiempo que otro personaje de Marvel, tras Morbius y Venom, tuviera su correspondiente adaptación; en este caso Madame Web, una vidente en silla de ruedas íntimamente relacionada con Spider-Man. Sony y Marvel han hecho lo que han podido por dar un aceptable entretenimiento pero no logran recuperar el buen sabor de las pasadas glorias.
Dakota Johnson es Cassandra Webb, una paramédica en Manhattan que podría tener habilidades clarividentes. Obligada a enfrentarse a sucesos que se han revelado de su pasado, crea una relación con tres jóvenes destinadas a tener un futuro poderoso… si consiguen sobrevivir a un presente mortal.
Año 2002, todos los directores de cine se niegan a hacer una adaptación de Spider-Man por miedo a su fracaso, ¿todos? ¡No! Uno ha decidido dar un paso adelante, su nombre es Sam Raimi, y se declara admirador confeso del trepamuros. Estrena su película y es un rotundo éxito gracias a un guion y una dirección soberbias. ¿Nos suena esta historia? Por supuesto que sí, es real y así ocurrió. Pero vamos al presente: año 2024, Marvel y Sony presentan la versión cinematográfica de un personaje de ese universo arácnido, se llama Madame Web y hasta ahora no había pisado la gran pantalla. El problema es que Marvel viene de estrenos más que mediocres que han abrazado parcial o totalmente la ideología ‘woke’ y las esperanzas son pocas o nulas. Así que Madame Web, dejando de lado el feminismo imperante que hace necesario mostrar cuatro protagonistas y villano masculino, intenta apartarse de dicha tendencia y el tiro le sale… aceptable, mediocre pero aceptable.
Vamos por partes: cuatro guionistas, incluyendo a la directora S.J. Clarkson, han intentado vertebrar un relato que por momentos entretiene, que incluye algunas (pocas) secuencias con cierto encanto y con actrices que hacen lo que buenamente pueden aunque nunca logren cambiar la cara de “¿de qué va esto? Yo no debería estar aquí”, incluyendo a la protagonista Dakota Johnson. El problema es que hay demasiados elementos que sobran, no aportan nada y no ayudan a contar el relato.
Si se buscaba recuperar el encanto de Raimi presentando por todo lo alto a otro personaje de Spider-Man lo cierto es que hay que esperar a otra película. Poco se puede salvar salvo algún que otro mensaje positivo sobre superar la adversidad, el reconocimiento de que un embarazo implica dos vidas distintas (la madre y el bebé), la aceptación de los propios dones y el sacrificio para dedicarlos a un bien mayor. Fuera de eso Marvel sigue sin encontrar el tono y la forma tras la época dorada que vimos con joyas como las sagas de Capitán América, Los Vengadores o la primera entrega de Black Panther. Han hecho algunos cambios que se notan y se agradecen, pero aún les queda camino por recorrer si quieren volver a llenar las salas de cine y lograr el entusiasmo de antaño en crítica y público.
Miguel Soria
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