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Mi niña

Caratula de "Mi niña" (2019) - Pantalla 90

Crítica

Público recomendado: +16

Simpática comedia francesa, trivial retrato de la sociedad posmoderna en la que vivimos, con un planteamiento común: madre divorciada con tres hijos a los que se entrega día y noche, así como a su padre, mayor y enfermo, por lo que no logra rehacer su vida sentimental. Heloise (Sandrine Kiberlain) se prepara para ese momento tan temido: su pequeña Jade cumple 18 años y se examina para estudiar en la Universidad, con el deseo de irse a Canadá, donde logra la admisión. Jade dejará su hogar, su familias, amigos y novio para cumplir su sueño.

Sin duda, uno de los atractivos de la película es la frescura con la que Sandrine Kiberlain juega a lo largo de la historia para divertirnos, intrigarnos y hacernos empatizar con el papel de una madre apegada a sus hijos, especialmente a la menor. La actriz y cantante nacida en Altos del Sena ganó en 1995 el Premio César a la mejor actriz revelación y el Premio Romy Schneider por el largometraje À nos Amours, y ha estado nominada en varias ocasiones más al César, como al de mejor actriz en 1999 por À vendre.

Desde el punto de vista visual (y narrativo), hay un ingrediente muy dulce en la cinta: podríamos hablar de un “montaje poético” que aporta ternura a los sentimientos de nuestra mamá protagonista: una recreación de recuerdos de la infancia y crianza de Jade se intercalan a lo largo de toda la película con momentos del presente, que Heloise comparte con su pequeña.

El filme nos deja algunas reflexiones que podemos hacer nuestras: ¿Estamos apegados a nuestros hijos? ¿Cómo reaccionamos cuando se van de casa? ¿Trato a mis hijos como amigos? A menudo, una madre intenta ganarse la confianza de su hija igualándose a ella, compartiéndolo todo como de su mejor amiga se tratase. Esto aparece en la película como algo positivo

Es una película ligera, baladí y fácil de ver, con múltiples referencias hedonistas que a priori, puede que no nos sorprendan, pues asumimos que forman parte de lo que llamamos “normalidad”: una madre que conversa con su hija pequeña de sus relaciones sexuales más bien como si fuera superficial; una amistad entre madre e hija rozando un estilo adolescente; un divorcio que se convierte en motivo de celebración con las amigas, a pesar de la dificultad de la situación.

Se disfruta, eso sí, viendo la unidad familiar, la manera en que sus hijos cuidan de Heloise, el cariño con el que ella trata a su familia, a su padre, también a sus amigas, aunque salga a relucir la cara de la moneda sale a relucir: el apego emocional que siente hacia ellos la pasará factura a nivel personal.

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