Crítica

Público recomendado: +18

Peter Cattaneo, director de la famosa y nominada a cuatro Premios Óscar Full Monty (1997), regresa al cine tras una larga temporada dedicado a la televisión, dirigiendo los episodios de la serie Rev. (2010-2014), con ¡Que suene la música! (Military wives, 2019). La distribuidora A contracorriente Films no se equivoca buscando historias con alma y para toda la familia. En esta ocasión, Cattaneo nos sorprende con una historia conmovedora, inspirada en hechos reales, sobre la formación de coros de las esposas de militares que se encuentran en misión. Lo que por el título parece que va a ser una comedia, resulta ser un drama con tintes cómicos, acompañado de buenas elecciones musicales.

La vida de las mujeres que esperan la vuelta de sus maridos destinados en misión no es fácil. El transcurso de los días se alimenta de la espera por buenas noticias, aunque no siempre ocurre así, las malas también llegan. Es por todos conocido que, para sobrellevar la inquietud, lo mejor es mantenerse ocupado y, a ser posible, en buena compañía. Eso es lo que pretenden conseguir Kate (Kristin Scott Thomas) y Lisa (Sharon Horgan) con la creación de un coro para esas mujeres que viven en la base militar, pues como dice el refranero popular “el que canta sus males espanta”. Los ensayos servirán de ayuda para establecer una nueva intimidad entre estas compañeras que, a pesar de sus diferencias personales, lograrán una confianza tal, que les permitirá compartir sus sufrimientos más profundos. Se puede decir que es una historia de superación. Superación de la soledad, de las penas y de las dificultades de la vida, pero también de unión y amistad. El ejemplo de estas mujeres, que tienen por lema “más fuertes juntas”, se convertirá en una fuente de inspiración para el resto de las esposas que se encuentran en la misma situación, creando una comunidad por el resto del mundo unida por el canto. Una vez más se revaloriza el papel tan importante de la música en la vida cotidiana, ¿acaso podríamos vivir sin música?

¡Que suene la música! No es una película compleja ni espectacular visualmente, es más bien ligera, lo que actualmente se categoriza como cine feel good. Una historia real y bonita que deja con buen sabor de boca, algo que en estos tiempos es muy necesario.