Crítica
Público recomendado: Familiar
A principios de los años 90, dos empresas de videojuegos compartían el liderazgo del entretenimiento cibernético en el mundo. Mario era la estrella de Nintendo, mientras que Sonic era el querido erizo de Sega. Años más tarde, para seguir explotando a la gallina de los huevos de oro, la empresa citada en segundo lugar y estableciendo una alianza con la distribuidora Paramount, apostó fuerte al trasladar a la gran pantalla a sus personajes favoritos con una potente recaudación de la mano del cineasta Jeff Fowler.
El caso es que tres años más tarde, este cineasta vuelve a las andadas dirigiendo la secuela de este personajillo súper rápido y su amigo, el zorro, con el propósito de hacer una buena taquilla unos días antes de la Semana Santa, preparando el terreno para unas vacaciones “virtuales”.
La película es un producto especialmente dirigido a los seguidores de este tipo de videojuegos. Sonic 2 es un refrito entre Alvin y las ardillas, pero sin música y Flash, el superhéroe más rápido de DC con el permiso de Superman, mientras que el poder del villano guarda ciertos paralelismos con las gemas de Thanos; la energía del Magneto de Marvel y con los seres a los que se enfrenta el niño que se convierte en Shazam. No obstante, el ritmo de la producción es el adecuado, aunque los 120 minutos se nos antojan demasiado para una “palomitera” y entretenida cinta de animación para niños en la que se intercalan personajes de carne y hueso con dibujos animados en 3D.
El argumento gira en torno a un erizo muy veloz y a su escudero, un inteligente zorro, que se enfrenta a su némesis, aliado con el temible villano del videojuego que responde al nombre de Robotnik. Este bigotudo personaje ha sido interpretado por el histriónico Jim Carrey, que se siente como pez en el agua en este tipo de producciones, donde sus actuaciones no desentonan.
Este largometraje se deja ver y sabe combinar el humor, usando el doble sentido para que el adulto se sienta relativamente cómodo sin caer en los guiños a la ideología de género como si hace la “ética” Disney, que no es poco en los tiempos que corren. Además, nos ofrece una historia de buenos amigos capaces de dar su vida, incluso por sus enemigos, en la que el trabajo en equipo tiene sus beneficios y en el que explícitamente se defiende el valor de la familia, así como el valor de la acogida, pues el personaje interpretado por James Marsden cuida a su criatura azul como si se tratara de un padre y que soporta alguna de sus travesuras. Por cierto, esta producción se despide haciendo un rápido recorrido por las etapas por las que ha pasado este popular videojuego.