Crítica
Público recomendado: +12
Que los Beatles alcanzaron el estatus de mito hace años es algo que se puede tomar en sentido literal. A partir de los Beatles se da explicación o se pretende dar explicación a muchas de las corrientes culturales de la segunda mitad del siglo XX. Y ejemplo de ello es el fenómeno de la atracción de la cultura y la espiritualidad de la India en la cultura de masas occidental. Por haber sido parte del Imperio Británico, esta presencia de lo hindú en Inglaterra puede ser como la presencia de lo hispanoamericano en España, pero al haber tenido como exponente o como intérprete a los Beatles, la cultura y la música india, así como la meditación de los maharishi, causaron furor durante los años 60.
The Beatles y la India aclara muchas de estas cosas. George Harrison fue el primer Beatle que incorporó la instrumentación india en las grabaciones de los Beatles. De ahí la inmortal interpretación del sitar en Norwegian Wood. Su interés venía por su madre, pero de la música pasó al interés por la cultura y la espiritualidad india. El ritmo de vida vertiginoso que llevaban los Beatles, así como la innovación y experimentación constante en el estudio de grabación, les hizo receptivos a la aceptación de un tipo de meditación que les permitía parar un ritmo de vida que les estaba dejando agotados. De ahí las varias experiencias de meditación que decidieron acometer juntos. Primero en Gales, más tarde en la India en Rishikesh, guiados del Maharishi Mahesh Yogi.
Todo documental de los Beatles merece la pena por sí mismo, verlos y escucharlos tiene un enorme sentido sacramental. Los Beatles han sido un regalo de Dios a la humanidad, de distinto signo ciertamente, pero regalo de Dios, como lo fue San Juan Pablo II o la Madre Teresa. Porque un padre cuida a sus hijos de diversas maneras: le puede transmitir la fe, darle una educación a la altura de sus circunstancias, pero también puede llevarle al Bernabéu, o a una carrera de Fórmula 1. Los Beatles son el regalo de un Dios Padre que regala a la humanidad un San Juan Pablo II o una Madre teresa de Calcuta, pero que también se lleva a sus hijos de concierto. Ponerle peros a esto es desconocer lo que es la paternidad.
El documental es de factura absolutamente clean, muy políticamente correcto; aquella experiencia de meditación acabó como el rosario de la aurora, con los cuatro Beatles mosqueados con el maharishi que además de meditar era un lince de los negocios y le rodearon acusaciones de todo tipo. El tiempo arregló muchas cosas y los Beatles acabaron valorando el tiempo de la India como algo muy positivo en sus vidas, igual que toda la humanidad, porque esos meses que pasaron en la India dieron paso al Doble Blanco, un disco absolutamente esencial, marcado mucho más por la individualidad de cad Beatle, y una obra menos colectiva que los anteriores, no en vano la meditación hindú tiene un componente individualista que de algún modose manifestó en su vida artística.
El montaje del documental tiene momentos brillantes con el juego de las imágenes de los Beatles en el ashram de Rishikesh (la casa donde meditaron con el maharishi), hoy en ruinas pero convertido en lugar de ruta turística donde puedes ver donde se sentaron, donde durmieron y donde compusieron muchas de sus canciones del Doble Blanco. Por otra parte, los Beatles no solo importaron la cultura de la India a Europa sino que exportaron un modo de ser occidental a los jóvenes hindús de los sesenta y para los jóvenes hindús de la siguiente generación fueron un refuerzo de su cultura india, que al ser asumida y loada por los fab four, recibió un espaldarazo mundial.