Crítica:
Público recomendado: Todos
Para sorpresa y perplejidad del espectador medio se estrena una obra maestra muda, en blanco y negro y en formato 1:33, como las películas de la primera mitad del siglo XX. The artist, dirigida por Michel Hazanavicius, tras su paso triunfal por Cannes y San Sebastián afronta la carrera de los Oscars con no pocas posibilidades.
La película se concibe como un espléndido homenaje al cine mudo, al musical, al glamour de la edad de Oro del cine y al romanticismo limpio y luminoso de aquel cine. El argumento en sí no es original: un actor estrella del cine mudo se ve eclipsado con la llegada del sonoro, mientras que la actriz a la que ama triunfa. Así, la película entronca con grandes títulos como El crepúsculo de los dioses de Billy Wilder o Cantando bajo la lluvia de Stanley Donen.
El actor Jean Dujardin hace un espléndido trabajo seguido de Berenice Bejo y un formidable John Goodman. La dirección artística es tan austera como soberbia y la banda sonora es un verdadero tributo a aquella época. La cinta está llena de homenajes y guiños cinéfilos, con momentos visuales memorables, un guión inteligente y un desarrollo lleno de emoción. Sin duda estamos ante una obra maestra.