Crítica
Público recomendado: + 12
El actor (y director) francés Dany Boon (Criminales en el mar, Mi familia del norte), quien deleitó al gran público en 2008 con la brillante comedia Bienvenidos al norte, protagoniza ahora junto a Philippe Katerine (Yves, El gran baño) otro tipo de comedia, esta vez una alocada historia de espías dirigida por Ludovic Colbeau-Justin (C’est tout pour moi!, y las series de TV: La Trampa y Perseguidos) que se desarrolla entre el psiquiátrico y la ficción aventurera de dos colegas unidos bajo un único objetivo: salvar a sus chicas, una auténtica “misión de locos”.
El título original de la cinta es Le lion, nombre que da sentido a la confabulación de la que presume el personaje principal, quien dice ser un agente secreto experimentado en redes de espionaje y que se lanza a la peligrosa misión de salvar a la chica de su nuevo amigo, Louise (interpretada por la guapísima Anne Serra) al que convence para salir del psiquiátrico para encarar a los malos.
La destornillada aventura de los nuevos amigos teje una divertida historia entre la acción y el humor, parodiando el género “buddy movies”, para un público adolescente con risa fácil y gusto por las frenéticas carreras de coches y los estratégicos combates cuerpo a cuerpo. Lo más atractivo del guión es que consigue mantener el suspense en la pregunta que se hace el espectador: ¿Es Léo un espía como dice o simplemente está loco de atar?
Los actores son geniales para sus papeles: Dany Boon luciendo músculo y sonrisa, dispuesto a enseñar a su nuevo amigo todo su repertorio de golpes letales y su afinado conocimiento en redes de espionaje y corrupción. Sin embargo, Philippe Katerine, aunque aprueba sobradamente su interpretación como el despistado y bobalicón de esta pareja de “héroes”, y estamos acostumbrados a verlo como el buen chico que ama con todo su corazón a su novia y confía en la buena voluntad de su amigo, las comedias que suele protagonizar son de corte romántico o social, siempre francesas, en las que el ritmo que exige la interpretación le favorece más, todo es más pautado.
A Dany Boon, quien visitó hace unos días nuestro país, le gusta interpretar las escenas de acción sin dobles: “Tuve que entrenar durante seis meses para parecer un espía real. Las escenas de conducción y las peleas tienen mucho trabajo por detrás para coreografiarlas. El director quería que quedara lo más realista posible y eso hemos hecho”, declaró al diario La Razón.
Aunque superficial y poco profunda, la película propone numerosos valores positivos, que dibuja en ambos protagonistas: La amistad, la apuesta arriesgada por el otro, la confianza, el compromiso y la entrega, especialmente en situaciones de riesgo, el trabajo en equipo, el amor y la lucha por los propios objetivos.