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Yesterday

Caratula de "Yesterday"

Crítica

Público recomendado: Jóvenes y Adultos

“El mundo sería infinitamente peor si los Beatles no hubieran existido” es una de las frases más destacables de Yesterday. ¿Podemos estar de acuerdo? Este planteamiento de un mundo alternativo, en el que algo esencial falta o se ha ido al traste -el núcleo, en definitiva de las tramas distópicas- es el escenario de Yesterday. Pero no tenemos aquí una distopía, sino una buena comedia romántica y musical con la música de los Beatles.

Jim Malick es un joven músico del montón. Toca con su guitarra acústica en lugares prácticamente vacíos, donde genera la más absoluta indiferencia. Ellie, su mánager, es la única que cree en él, pero llamar mánager a Ellie es una mentira piadosa, pues no pasa de ser la amiga entusiasta de uno de los millones de jóvenes que sueñan con ser estrellas del rock. Sin embargo, tras un suceso inesperado, Jim se despierta en un mundo en el que, aunque aparentemente todo sigue igual, los Beatles no han existido. Jim conserva sus maravillosas canciones en la memoria y es capaz de reconstruirlas, lo que le brindará una carrera meteórica. Armado con un inagotable saco de canciones asombrosas que la humanidad no ha conocido, Jim asciende los peldaños, a un ritmo trepidante, del olimpo de los dioses del rock: la primera grabación en estudios locales, el paso a las grandes discográficas, los mánagers, los conciertos monumentales, el marketing agresivo de los grandes artistas, y en definitiva el vértigo de la fama y los peligros asociados a ella.

Este es el mundo por el que va transitando Jim, que tiene una mitad de su vida unido, ni ellos saben cómo, a Ellie, su primera mánager y amiga entusiasta. En Yesterday encontramos uno de los posibles ingredientes de las películas sobre estrellas del rock, que es el coste de oportunidad de la fama, el precio que hay que pagar por seguir el propio sueño, o por conquistar la gloria: ¿y si la fama supone romper en dos la vida de una persona?, ¿el escenario compensa una vida solitaria? Una de las mayores sorpresas que encierra la película sirve para dar voz a estas reflexiones, que servirán para que Jim logre encontrarse, cuando se halla perdido en un camino que no es el suyo, sino que fue el de los cuatro fab de Liverpool.

Danny Boyle apostó por un desconocido Hamesh Patel (Jim) que generó durante el casting la suficiente confianza en que podría defender él solo las canciones. El proyecto arriesgado de confiar en él se compensó con la presencia de Lily James (Ellie), que tras el éxito de Mamma mía 2, era difícil que fallara. Ninguno de los dos falló, para bien de Boyle y del resultado final.

Si debo resumir esta película en una palabra lo dejaría en: gracias. Muchas gracias a Danny Boyle, Richard Curtis y a los creadores de Yesterday. Lo que significa, básicamente, dar las gracias a John, Paul, George y Ringo. El mundo sería mucho peor sin la música de los Beatles, sin duda. Uno de los grandísimos méritos de la cinta tiene que ver con la sorpresa, con la novedad de lo cotidiano. Los Beatles están tan en nuestro imaginario colectivo, sus canciones han sido tantas veces escuchadas (en casa, fiestas, radios, centros comerciales, con millares de versiones en todos los estilos y por millares de músicos callejeros en todo el mundo) que se han convertido en parte de lo que no vemos. Por eso es tan importante redescubrir tanta belleza contenida en estas melodías y en sus fascinantes letras. Yesterday nos ayuda a redescubrir, como si de la primera vez se tratara, uno de los mayores regalos de Dios a la humanidad. Es como volver a enamorarse, volver al primer amor; como decía Chesterton, hay que dar la vuelta al mundo para redescubrir el propio hogar, porque en el propio hogar encontramos lo cotidiano y lo novedoso, la tranquilidad y la aventura. Volver a la primera vez, nacer de nuevo, ser como un niño son cosas tan necesarias como el comer. Si estamos siempre necesitados de nuevas sensaciones, de novedades constantes, es que hemos envejecido y estamos enfermos, casi mortalmente. Volver a ver el mundo como niños es una de las curas más necesarias para recobrar la salud. Por eso no puedo dejar de decir “gracias”.

No hemos dejado nunca de hacer constar que la fuerza comercial de los Beatles es de tal magnitud que continuamente salen reediciones de sus obras y películas que vuelven a poner a los Beatles en el punto de mira del comprador. Eight days a week triunfó por derecho propio, y con el musical Across the universe nos quedó la sensación agridulce de no tener mucho más que las propias canciones. En cualquier caso, no es fácil, poner a los Beatles sobrevivientes y a los herederos de John y George de acuerdo para utilizar su música. En el caso de Yesterday, el hecho de la originalidad de su trama, y la renuncia a utilizar la perspectiva del biopic, con este giro humorístico de que no han existido ni Paul, George, John ni Ringo, han sido factores que han animado a obtener las bendiciones necesarias. Yesterday, a diferencia, por ejemplo, de aquella Across the universe, deja una trama romántica mucho más consistente y el referido regalo de volver al primer amor, a tener los ojos y los oídos de un niño.

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