Crítica
Público recomendado: +13
Transplant es una interesante serie de T.V. canadiense, que nos muestra la difícil y actual situación de un refugiado sirio, que desea ser médico en Canadá. Brutal el primer capítulo; un adelanto en el tráiler que tienen al final de este artículo.
Ante la avalancha de refugiados ucranianos, es muy posible que entremos en una cierta “crisis interior”, difícil de gestionar. Por un lado está el ver cómo las familias abandonan sus hogares y todos sus bienes. Conscientemente o no, nos imaginamos huyendo de nuestra propia casa con nuestra familia; y eso es duro de afrontar. Hermoso gesto de solidaridad se produjo hace unos días, cuando ciudadanos alemanes fueron a la estación de tren, a ofrecerse para acoger en sus hogares a los refugiados que llegaban. Como dice Rozalén, en su canción La línea, pobre del pueblo que ignora su herencia migrante.
También el cine sale a nuestro encuentro y, aunque nos ayude a olvidar los problemas, también nos acompaña si decimos afrontarlos. Películas como La Bruja Novata (1971) o Las crónicas de Narnia (2005), nos muestran la realidad de tantos niños que se quedan huérfanos en la guerra y cómo la acogida puede ser ocasión de encuentro y verdad. La serie de T.V. que nos ocupa, la canadiense Transplant (Movistar+), nos cuenta la historia de un médico de urgencias que huyó de su Siria natal para emigrar a Canadá. Una vez asentado en tierras canadienses, tendrá que afrontar una serie de obstáculos para poder volver a ejercer la medicina. Por un lado, vemos una estructura similar a la de series de T.V. como House, The Good Doctor o ER (Urgencias) y muchas otras; el guion se centra en las personas que están a punto de sufrir alguna enfermedad rara, que les llevarán a urgencias y ahí ya, comienzan el desarrollo de las tramas. Pero, lo que hace diferente e interesante a esta serie es cómo se narra al mismo tiempo, la experiencia dolorosa y rabiosamente actual de “ser refugiado”, de verte obligado a emigrar a otro país; huyendo de conflictos bélicos y dejando atrás familiares y hogares.
El Dr. Bashir Hamed y su hermana abandonan una Siria devastada por la guerra para tratar de empezar de nuevo en Canadá. Bahir tiene que repetir su residencia para “homologar” su título como médico de urgencias. Sin embargo, su experiencia en situación extremas (bélicas) y su formación (muy distinta a la de sus compañeros), darán juego para crear casos interesantes que llevan dentro un gran mensaje: el refugiado, que aparentemente no tiene nada y necesita todo, puede aportar mucho a la sociedad que le acoja.
Muy interesante también cómo la serie canadiense deja espacio también para expresar la fe tanto del protagonista como de otros personajes. Al Dr. Bahir se le ve (en varias ocasiones) en un templo musulmán, cuidando su fe en comunidad y con una conciencia clara de Dios (Yahvé). A pesar de eso, no muestra una fe “perfecta” sino más bien una fe entrelazada con un trauma postguerra que, poco a poco, va ayudando al personaje a descubrir quién es y qué quiere. Y este es el punto rojo de esta aparente serie de médicos convencional: que el protagonista es un refugiado sirio, y cuya historia nos ayuda a tomar conciencia tanto del panorama actual de la guerra con Ucrania como la herencia emigrante que todo pueblo lleva en historia.
El cine está repleto de historias de inmigración; el propio Billy Wilder (El apartamento) emigró a EE.UU. de forma irregular y, según cuentan sus biógrafos, su madre y varios miembros de su familia murieron en el campo de concentración de Auschwitz, asesinados por el mero hecho de ser judíos. Más duras y emocionantes son películas como la francesa Vete y vive (2006), Hotel Rwanda (2004), la reciente Mediterráneo (2021) o clásicos como Las Uvas de la Ira (1940) de John Ford, la italiana Rocco y sus hermanos (1960) de Visconti o la simpática, Una noche en la Opera (1935), de los hermanos Marx.
Por eso es bueno rescatar propuestas cinematográficas y televisivas como la serie de T.V. Transplant, porque podemos, desde el entretenimiento, tomar conciencia de la densidad que lleva implícita muchos de los acontecimientos que están ocurriendo en el mundo, en este caso, el movimiento migratorio de refugiados y toda la injusticia y barbarie que puede implicar. Ojalá pronto podamos hablar del fin de los bombardeos. Ojalá pronto hablemos de paz. Recuerden Transplant, en Movistar +.
Recuerdo que de niño me apasionaba el cine: “Los Goonies”, “E.T.” o “James Bond”. Siempre quise ser director de cine con mi propia productora. Hoy soy empresario pero también puedo de escribir de cine en Pantalla 90, La Voz de Almería o Aleteia. Descubrí hace unos años lo bonita que es la radio y cada semana hablo en Cadena Ser Poniente en Almería. Pero lo que más me gusta es transmitir esta pasión, en la Universidad de Almería dando clases o siendo Jurado en Festivales de Cine como San Sebastián o Málaga. Amo el cine porque me lanza a vivir; si aprendes a mirarlo se convierte en una escuela para la vida. Siempre le estaré eternamente agradecido.